La presidenta Dina Boluarte optó por aferrarse a un gabinete sin renovación y plagado de críticas. Sin mayor convocatoria de otros cuadros —técnicos o multipartidarios—, ayer designó a Eduardo Arana nuevo primer ministro, en reemplazo de Gustavo Adrianzén.

Horas antes, en los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Salhuana, le pidió convocar a funcionarios alejados de su entorno. Pero la presidenta no escuchó. Arana, quien hasta el martes fue ministro de Justicia, goza de su confianza.

Se trata de un jefe del gabinete que es uno de los principales defensores de Boluarte y también de las controversiales decisiones del Gobierno, como el indulto al exdictador Alberto Fujimori. Y es un funcionario que tampoco está libre de cuestionamientos.

La salida de Arana del Ministerio de Justicia motivó el único cambio en el gabinete. Arana será reemplazado por su viceministro Juan Alcántara, quien es cercano al hermano de la mandataria, Nicanor Boluarte.

Un Gabinete sin cambios

En las demás carteras, Boluarte mantiene a los mismos ministros, incluidos a los que designó el martes último, cuando buscó salvar a Adrianzén.

En el Ministerio de Economía y Finanzas seguirá como titular Raúl Pérez- Reyes, el extitular del Ministerio de Transportes que estuvo a punto de ser interpelado por la demora de las operaciones en el nuevo aeropuerto Jorge Chávez. Como ministro del Interior está Carlos Malaver, y en Transportes, César Sandoval, militante de Alianza para el Progreso (APP).

También continúa de titular del Ministerio de Salud el apepista César Vásquez, quien se salvó de ser censurado por las víctimas del suero fisiológico.

Sigue Ángel Manero en el Ministerio de Desarrollo Agrario, pese a que los gremios agrarios piden su destitución, y Leslie Urteaga como ministra de Inclusión Social, en medio de la crisis del programa Wasi Mikuna. De igual modo, permanecen Daniel Maurate como titular de Trabajo y Morgan Quero en Educación. En total, 17 ministros fueron ratificados.